hablar de una realidad con la tercera persona por delante


¿cómo demostrar que el tema te interesa de verdad y que estás inmerso en el debate cuando tienes que hablar constantemente de «ellas»y «sus» problemas?

supongo que al principio ni siquiera pensaba en que eso pudiera ser raro, pero ahora lo es. crea una diferencia cualitativa desde el moneto en que empiezo a hablar.

contextualicemos: estoy en un máster de estudios de género -bueno, realmente, estudios de las mujeres- y cada vez que intervengo o escribo un trabajo me posiciono desde el «yo» más claro, nada de buscar conocimientos absolutos, reconozco en todo momento mi «Situación» mi punto de partida y desde dónde estoy mirando… y eso contrasta con el nosotras, o el yo de mis compañeras. está claro que es estúpido pensar que por pertenecer a u grupo vas a poder analizar mejor dicho grupo, eso no siempre pasa -aunque potencialmente es así, ¿no?. no te hace falta acercarte al grupo porque estás dentro de él… y aquí está el problema. a pesar de lo dicho tengo la sensación -estúpida- de que a mi forma de análisis siempre le va a faltar una cierta autoridad que te confiere el sexo.

¿hace falta ser mujer para ser feminista?, no. ¿hace falta ser mujer para hacer estudios de la mujer?, no. pero es verdad que das menos el cante y que el uso de la primera persona crea una sensación de pertenencia y respaldo de la experiencia que mi tercera no logra.

qué le voy a hacer, son las ironías del sexo y sus estudios.

no quiero que parezca un caso de discriminación ni nada de eso, no van por ahí los tiros. el caso es que cuando estableces una distancia entre los que investigas -los sujetos de la investigación sobre los que hablas- y tú mismo como sujeto investigador, estás en desventaja con quienes pueden contarse casi como parte de la muestra.

eso me hace pensar en el valor de la experiencia… enorme. en caulquier otro caso diríamos: «por supuesto que alguien de España, con la educación pertinente, tiene más fácil el estudio del castellano. quizá alguien de EEUU pueda llegar a ser una especialista en el tema, pero cuando es tu lengua materna y conoces todos los giros y expresiones, la dificultad es menor». aquí el tema va un poco en esa dirección. aunque el ejemplo es un poco capcioso.

en fin, habrá que seguir esforzándose para llegar a algún lugaar mínimamente interesante.

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4 respuestas a “hablar de una realidad con la tercera persona por delante”

  1. De hecho el ejemplo es muy capcioso. Sobre todo, porque no estamos hablando de un conocimiento objetivo o reglado. En los estudios de género hay una fuerte raigambre ético-política, que suponen un plano intencional y también emocional. Ser juez y parte también tiene sus dificultades. Creo que tu percepción del problema tiene que ver con ser el raro, la excepción del grupo. En todo caso, las perspectivas «emic» y «etic» tienen ambas sus propias complicaciones. Yo no le daría muchas vueltas, porque no merece la pena.

    De hecho si entendemos el género como problema, o consolidamos un ámbito de estudio sobre la mujer, no la suponemos exenta. Es decir, si existe la mujer como sujeto de reflexión, existe en la medida que se dan sus conexiones con otras realidades, en especial la que supone el género «hombre», entendamos éste como sea. La pregunta sería: ¿Tienes una ventaja objetiva en la comprensión de los resortes masculinos por el hecho de ser un hombre? Me parece peligroso decir que sí. Es sustancialista. El problema no está en los hombres y las mujeres como realidades estanco, sino en su forma de estar insertos y relacionados, esto es, en sus conexionesm problemáticas, y la estructura de estas conexiones está tan cerca para unos como para otros.

  2. claro, claro, estoy con lo que dices… el tema es la recepción, esa otra parte del proceso comunicativo. no se trata tanto de lo que yo digo, eso sé hasta donde llega, y no tiene nada que ver con mi sexo sino con mi capacidad intelectual, ahí no hay diferencia más allá de la cultural y vivencial para muy contados casos.

    lo que me hace reflexionar es el sentimiento de pertenencia que puedes encontrar en los análisis de quienes pueden hablar de «nosotras» en vez de «ellas». obvio que se trata sólo de una cuestión gramatical, pero las consecuencias de su lectura son interesantes.

    nada demasiado importante de todas formas, es cierto que eso pasa porque hay pocos chicos estudiando este tipo de cosas y aún suena raro hablar sobre ello desde mi posición como varón.

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