Europa, Europa… y España


166341212_da2c8e2702_m.jpghace un mes exacto desmentí lo que ahora voy a decir. vino una amigo de visita y nos la pasamos de fiesta unos cuantos días en la bellísima Heidelberg. pero eso es cosa del pasado y en cuatro semanas he ido y regresado a la madrastra España y terminado un tesis pequeñita que me tenía cogido por las teclas y las neuronas.

el Charlie Parker de Cortazar diría «esto lo estoy tocando mañana». así que vamos al tema.

las elecciones al parlamento europeo me han dejado un sabor amargo en la boca. como despertarse un sábado por la mañana con conciencia de haber vivido hasta la hemorragia el viernes noche. no me importa que la participación haya sido baja, qué más da eso, al fin y al cabo todo el mundo sabe que eso de la Unión Europea sólo se lo creen quienes cobran por hacer viajes y asistir a reuniones no-vinculantes. de momento tenemos el dinero europeo, y ya está, ¿no?.

pero tuve el disgusto de vivir el proceso electoral entre dos países y las diferencias de perspectiva me dolieron. no es que quiera que España se enamore de Europa… pero no vendría mal empezar a ver que hay vida más allá de los Pirineos y el telediario. los debates que vi por la televisión parecían más interesados en hablar de la mierda acumulada en el jardín trasero de la casa que en explicar por qué había tanta gente de acentos raros en la calle, frente a la puerta. en vez de hablar de Europa se pasaron las elecciones apuntando cual CSIs a los esqueletos que unos y otros tienen apestando en el armario.

¿cuántas personas de las pocas que fueron a votar tienen alguna idea sobre qué quiere decir tener un partido u otro en Europa?

«este partido lo jugamos en Europa» creo que era el slogan de los socialistas… ¿pero dijeron en algún momento que ese encuentro no saldría tan bien como el de la selección opiácea del pasado verano?.

«ahora soluciones», decían los de Aznar Rajoy, sin que se les cayera la cara de vergüenza. ¿hablan sobre Europa?, ¿quienes dieron la espalda al estúpido proyecto común por la razón equivocada… por poder poner los zapatos en el alza de una mesa de las Azores?.

ni unos ni otros.

ni casi nadie, claro.

el porcentaje de quienes se fijaron en el insignificante hecho de que quizá había que explicar qué era eso de Europa, porque hemos faltado a las clases anteriores. nos las fumamos porque un dictador nos enseño hace años que meterse en política era mala cosa. y porque nosotros sabemos, desde siempre, que como lo de casa nada. así que para qué mirar al jardín de al lado. que además puede que hasta esté menos verde de lo que imaginamos y nos vamos a quedar sin tópicos.

el amigo ese que vino a verme hace un mes me decía algo así como que la gente de España no viaja demasiado. cosa que yo callo por haberme quemado en esa batalla. pero tiene cierto sentido, ¿no?. si te niegas a ver que se puede aprender muchas cosas de gente diferente -hasta de franceses, alemanes, búlgaros…- lo de pensar en Europa se hace más fácil.

pero no. nada de eso. hablemos incansablemente de los trajes de Camps en vez de entender que quien la hace la paga -y es que hasta en lo del menudeo hay que ser hermosamente español para cobrar en trajes y que te incluyan en la lista de los mejor vestidos del mundo-. hablemos de todas los trapicheos de los del PP en levante -y de los del PSOE que pasaban por allí-. hablemos pero no hagamos nada más que mover la boca e intercalar algún Europa por ahí, que suena bien de vez en cuando.

suena a copas de plata. a lejos, lejos. a suecas en la playa.

pd.

hola.

me alegro de volver a estar aquí.

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