Volver a casa no es de ninguna manera malo -parte i-


jode un poco porque tenía otras ideas. vale.

al principio de deprimió bastante. sí.

pero al fin y al cabo me encanta regresar a Vetusta y estará bien reunirme con toda esa buena gente que hay por allí. sin coñas.

ahora que lo veo con un poco de perspectiva creo que puede ser incluso bueno. al fin y al cabo, estos próximos tres meses pueden ser los últimos que pase de seguido en España durante una buena temporada -más o menos un año, si las cosas van como parece que irán- así que ese tiempo va a servir para atar mejor ciertos cabos que quedaron colgando.

por ejemplo:

i) asentar un poco ciertos pilares de amistad que están un poco borrosos. esto responde a lo que alguna vez me pregunté sobre quién y por qué son nuestros amig@s -todo gracias a las reflexiones de cierto capitán que no es capitán [coño, cómo se parece la realidad a la ficción] en una noche cundiana-. así que a construir familias, o a limpiar de esqueletos los armarios. cada cosa donde corresponda.

próxima entrega «parte ii)«


Una respuesta a “Volver a casa no es de ninguna manera malo -parte i-”

  1. ¡Cielo santo, qué reconfortante es saber que después de la parte i) viene la parte ii)!

    Así es el anhelo de sentido… nos conformamos con tan poquito…

    Digo esto porque son casi las ocho de la mañana y acabo de llegar a casa; y anhelo que todo tenga una explicación que no sea provisional, y que ser yo sea más que ser mi afecto, y que al fin el juego tenga un sentido antropológico, y que buscar mi suerte no sea desgarrar mi alma y qué se yo qué otras cosas que estoy muy borracho para decir con justicia y concisión.

    Y, preguntas aparte, te echo de menos. Y te quiero, porque eso es lo que hacen los amigos, quererse al margen de preguntas que no llevan necesariamente a ningún sitio.

    Quede dicho.

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