esperando un revés kármico


hace años que no soy dado a extremas peticiones o agradecimientos a los dioses… pero debo reconocer que la Excelsa Fortuna desgasta sus rótulas ante mi indigna presencia.

pero eso terminará. un día puede llegar en el que mi amantísima teutona beba los vientos de otra latitud, que mis amigos no tengan tiempo para mí, que mi plástico escupa números rojos y nadie me ofrezca caminos académico-profesionales por los que vagabundear.

entonces me tocará volver a estar mohíno. mis amigos, si me quedan, volverán a pagarme cañas y me quejaré incluso más de lo normal.

cuando ese día llegue, espero estar preparado. espero que me pille con suficiente calma y víveres emocionales para que no me coma las uñas por la ansiedad, ni a la novia de alguien, por casualidad.

me voy de viaje. aún estoy en lo alto de mi ola Kármica.


Una respuesta a “esperando un revés kármico”

  1. ero al fin y al cabo las oleadas del Karma no entienden de grandes ciclos vitales. Si de verdad existen, no es en el devenir de triunfos, fracasos, felicidades y tristezas, sino en la devolución de regalos y bofetadas mínimas; en diminutas glorias y en diminutas decepciones devueltas. El Karma real no está constituido por los grandes acontecimientos de la vida… se desenvuelve en ellos.

    Es decir, al carajo con el tamaño de las olas, lo importante es tener estilo sobre la tabla.

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