Utrecht y yo


no sé que contar sobre esta hermosa ciudad… salvo que me ha tratado muy mal. y si ahora se comporta es porque ya no me hablo mucho con ella.

diría que es la Venecia del norte de no ser que esa denominación se la lleva Brujas junto a Lübeck, Amsterdam y quién sabe cuántas más. el tema es que tiene canales por los que pasan barquitas y turistas en cosas flotantes a pedales. todo tiene mucho encanto. cuando no llueve, que es bastante a menudo.

llegué a la ciudad como se tiene que hacer en estos sitios, en tren, a la antigua. me quedé helado al ver que la estación está prácticamente comida por un centro comercial enorme que se le ha formado a modo de quiste en la parte delantera. así que para salir de allí hacia el centro tienes que atravesar pasillos y pasillos de tiendas varias. te aseguro que si vas con prisa, eso putea un poco.

encontrar el piso fue fácil, el taxista que me cobró 14€ por un viaje de 10 minutos sabía dónde estaba. luego llegó asentarse en el piso, decorado ya desde el portal como un nido de adictos al crack.

lo de saber que no nos iban a poner internet porque no teníamos ninguna salida de teléfono, fue un punto extra a juego con el rasgado papel del pasillo y el extraño olor primigenio que emana del retrete.

pero la ciudad es preciosa. y a veces sale el sol. la catedral tiene una torre medieval impresionante a la que puedes subir. pero antes tienes que pagar 2,40€ para llegar al centro -ese es el precio de 15 minutos en bus-.

se ve por dónde voy, ¿no?. la ciudad es cara, carísima.

ahora que ya lo sé he minimizado gastos -después de comprarme una tarjeta sim, un móvil de hace 7 años y el ticket de autobús para un mes- y creo que comeré mucha pasta con tomate y cosas deliciosas pero baratas en las próximas semanas.

al margen de eso, el campús principal es genial, co una gran biblioteca de diseño, infraestructuras nuevecitas, varias cafeterías y pubs… una pena que mis clases tengan lugar en el campus centro que son cuatro hermosos edificios desperdigados en el barrio antiguo. aunque eso también tiene su encanto, aunque tenga menos ambiente estudiantil.

a pesar de todo lo contado, está ciudad y yo nos vamos a llevar bien -más nos vale- y tiene algunas cosas que me encantan -como el amor por el jazz-. le voy a dar una semana más antes de juzgarla. mis prejuicios se quedan mientras tanto.


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