¿necesitamos hablar de nuestra masculinidad a cara descubierta?


Fotografiaeste post parece venir al hilo del anterior… pero no llevo bastante tiempo pensando en ello y creo que cada vez más será una cuestión importante en los debates sobre cuestiones de género.

a nadie se le escapa que hay esfuerzos organizados para cambiar la representación y el papel de la mujer en la sociedad, incluso hay un ministerio para ello, cosa que veo muy bien. pero la sociedad está estructurada en binomios, nos guste o no, y con ello debemos contar… así que no puedes poner peso en un plato de la balanza y esperar que el otro permanezca inalterado. no creo que exista algo como «la guerra de sexos», ni que las relaciones de poder entre hombres y mujeres tengan que ser siempre de suma cero… pero sé que los cambios en el rol de la mujer ha generado cambios en la identidad masculina. y no se habla demasiado de ello.

parecería que el hombre está ahí, inmóvil, mientras la sociedad cambia. por suerte se está hablando bastante de la nueva mujer… y creo que deberíamos prestar un poco de atención al coste oculto del machismo -como decía Marvin Harris- y a cómo los cambios de identidad sexual están afectando al hombre que está dando tumbos de uno a otro lado sin saber muy bien qué hacer con tanta imagen diferente de «qué es ser varón».es importante,  más que nada porque necesitamos saber de qué manera nos afecta ese desconcierto a quienes, como yo, salimos varones del paritorio.

¿qué esperamos y qué se espera de nosotros, ahora que el macho ibérico está de capa caída?, ¿el metrosexual de hace un lustro?, ¿el retro-sexual con su pose de neo-macho?… cómo conciliar los cambios que vemos con los modelos del pasado que aún pueblan al mismo tiempo nuestro abstracto imaginario y nuestras concretas zonas de construcción.

ahora incluso hay asignaturas en la escuela en las que se habla de igualdad entre hombres y mujeres, de paridad y cosas así… pero ¿cómo puede el niño de hoy en día aceptar eso si su abuelo viene de una generación en que los hombres no hablaban, su padre de otra en que los hombres no lloraban y sus hermanos mayores de una en que los hombres no pueden salir de casa sin gomina en el pelo o, en su defecto, con pelo en el pecho?.

hace falta que nos planteemos estas cosas, aunque nos parezca estúpido, porque está siendo un problema… y será uno aún mayor. hace tiempo tengo ganas de plantear varias preguntas respecto al «hecho de nacer hombre» a finales del siglo xx y principios del xxi. un par de ellas serían:

¿crees que eres un buen ejemplo de hombre español?, ¿por qué?

proyectando la pregunta a la tercera persona, las chicas también pueden jugar con sus amigos, novios, hermanos, lo que sea. para al final darnos cuenta de que la mayoría sólo tenemos tópicos, imágenes monolíticas y pijadas de bar que identificamos con «el hombre»… creo que este no será el último post ni mi última alusión al tema.

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