hace unos cinco años escuché hablar -gracias a Eduardo Zotes– por primera vez de las cámaras lomo, una continuación-recreación de las míticas cámaras rusas Lomo que se hicieron famosas por las fotografías inesperadamente «artísticas» que se toman con ellas.
la mayor peculiaridad de estas cámaras -que ahora tienen más modelos que nunca, pese a los continuos rumores de descatalogación y cierre de fábrica- está en sus lentes, que producen un incremento en la intensidad de los colores y un más que interesante viraje de los mismos.
resumiendo: son cámaras con las que, cuando haces click, no tienes muy claro que va a salir en el negativo. sí, son de las de carrete y revelado.
desde hace tiempo tengo ganas de pillarme algún modelo de la familia Lomo pero la inversión -en la tienda de Lomospain veo que la Lomo original más básica te sale por unos 250€- me había frenado.
menos mal que hace unos meses me regalaron una Action Sampler, de las nuevas Lomo que son baratas y resultan agradables juguetes para empezar a meterte en todo este mundo del «no pienses y dispara». el punto excéntrico de esta cámara está en que dispara cuatro imágenes en un segundo -más o menos- y que eso, combinado con las cualidades habituales de las Lomo, consigue unas fotografías geniales.
así que me encuentro metido en medio de este maravilloso mundo. a punto de comprar un carrete de diapositivas, sacar un buen montón de fotos y pedir que me lo revelen como fotografía normal, haciendo lo que se conoce como revelado cruzado. la prueba de mi interés y mis mediocres resultados están en flickr para quien quiera verlos.
pero mientras yo estoy haciendo planes y pensando en cuál será mi próxima cámara, leo que Beth -de Not for the Sineless– también está experimentando con Lomos y que ha probado varias cámaras. voy a google y leo que en los foros Lomo se hacen cada día más preguntas así que entiendo que el tema está vivo y que hay más gente metida que nunca. incluso hay scripts para aplicar «efectos Lomo» a imágenes digitales (!) desde photoshop o gimp.