la vida nomada -versión poderoso hombre blanco con estudios superiores-


Rosi Braidotti habla de «la vida nómada» en su libro Nomadic subjects. desde que lo leí, hace unos pocos meses, no me puedo quitar esa expresión de la cabeza: un nuevo tipo de nómadas, igualmente románticos que los vendidos por la literatura decimonónica… pero con menos carisma, supongo: ella habla de quienes traspasan las fronteras entre culturas, de quienes se re-consideran (y muchas veces reinventan) con cada nuevo salto. desde que puse mis ojos en ese libro siento el secreto -ahora ya no tanto- placer de reconocerme en alguno de esos rasgos. estoy cómodo pasando de español a inglés o francés o alemán; me encanta enfrentarme al reto de nuevas costumbres culinarias, al misterio siempre nuevo de entender el «funcionamiento» de un nuevo país -saber cómo respira su gente, cuáles son sus ideas compartidas básicas…- y el darme cuenta de que puedo hacerlo.

muy bonito todo.

pero ese tipo de vida es una ilusión la mayor parte del tiempo. no se puede vivir saltando de país en país cada poco tiempo; mezclarse con diferentes culturas significa un soltar amarras apropiado sólo a quién no no tiene puerto definido. y, claro está, dinero.

esta forma de vida es sólo alcanzable por quienes tienen la pasta para costeárselo. o para los que, como yo, no tenemos ni un euro propio pero la vida nos permite engarzar rachas de suerte para seguir «milking the fat cow».

así que este estilo de vida se terminará para mí en poco tiempo. un año a lo sumo, a no ser que el viento vuelva a soplar desde algún rincón ahora desconocido y favorable. si no, esta vida nómada se limitará a las vacaciones de verano y a los contactos que haga desde la ciudad en la que esté establecido. ¿será eso bueno?. seguro.

pero me encanta nomadear. así que pelearé un poco para continuar con mi nivel de vida real, siempre y cuando pueda mantenerla dentro de un castillo construido en el aire.


Una respuesta a “la vida nomada -versión poderoso hombre blanco con estudios superiores-”

  1. Confía en el viento, siempre acaba soplando. Pero es interesante lo que dices. Cada tiempo produce tipos determinados de individuos. Cada circunstancia crea sus propias idiosincrasias. El parlamentarismo, la baja nobleza y propietarios de tierras dieron lugar a los gentlemen o la gentry inglesa, por ejemplo.

    Lo interesante de esta época y de las clases que crea es que son plenamente cancelables. Hay casi un proceso de desidentidad o de pluridentidad.

    Me quedo con la referencia del libro. Puede resultar muy interesante.

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