cuando intentas escribir sobre algo que recuerdas, sobre sensaciones que una vez tuviste, el ambiente es un aliado aún más decisivo que de costumbre. si cambias de contexto vital corres el riesgo de cambiar las cosas. de alterar tus ideas iniciales y perderte en cosas que no querías ni te interesan pero que están presentes en tu nuevo día a día. y jode mucho tener que reescribir una y otra vez las cosas que antes habrías tecleado en unos minutos sólo porque estás en un animo diferente al que necesitas para hacer las cosas bien.
está claro que lo que te pasa se refleja en tus creaciones, ya sean recetas de cocina, música, performaciones sexuales o literatura… pero esto me parece excesivo. desde que estoy en Utrecht sólo he podido escribir unas cinco páginas decentes -bueno, es una forma de hablar, no me entiendas literalmente- en unas 10 horas dedicadas trabajo.
y no es que no haya tentado a las musas con todo tipo de sobornos… desde observar fotos y escuchar canciones hasta llenar el buche con zumo de cebada o besuquear con ternura y ojos enrojecidos los amargos labios de la Seña María. nada funciona.
entre eso y que no dispongo de conexión a internet para escribir con regularidad en el blog, estoy en una época de muy poca creación. qué lástima.
pero estoy seguro de que a partir del viernes de la semana que viene recuperaré mi presencia online… me vuelvo a Heidelberg a tomar aire. los billetes de tren son muy baratos y tengo n poco de tiempo libre así que… volveré a escribir.
bueno, empezaré el lunes… tengo que ponerme al día con la ciudad.