El poder (O cómo entregamos el control de nuestras propias vidas)


En los últimos 5 años hemos descubierto varias cosas radicalmente importantes:

  • La economía está controlada por un par de algoritmos amorales y un puñado de especuladores inmorales.
  • La democracia indignada de plaza, con toda su hermosura de engrandecimiento civil, no es, lamentablemente, rival para la política tradicional, basada en las decisiones emocionales y sus tres pilares: la ignorancia, el miedo y la corrupción del sistema.
  • La utopía de las nuevas tecnologías es ya, de facto, una herramienta de control al servicio de la inteligencia norteamericana.

Y no hacemos nada al respecto.

Nuestras libertades son hoy mucho menores que hace 10 años. Nuestra visión del mundo es más cínica. Y, aunque algunas personas siguen intentando mejorar el mundo, la mayor parte de nosotr@s hemos adoptado la apatía como postura vital. Nos quejamos, si acaso, poniendo mensajes pesimistas en las redes sociales; escribimos, a veces, oscuros posts en nuestros blogs.

Y no sabemos qué hacer.
Y no sabemos hacía dónde empujar.
Y no sabemos dónde se nos quedó olvidado el poder que tod@s, una vez, recordamos haber tenido.

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